No sé si se habrán dado cuenta, tal vez sólo lo podemos ver pocos. Tal vez sólo los individuos con una especie de ojos que nada se les escapan. Me refiero a aquellos que logramos notar esos túneles magnos y luminosos que se encuentran en lo más profundo de los subterráneos del metro. Siempre me he preguntado hacia dónde uno podría llegar. Quizás a un mundo de topos, donde escarban intensamente para conseguir diamantes y joyas preciosas.
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